La comtesse se réveilla en sursaut. Elle était seule, bien entendu. Mue par une intuition subite, elle se leva et alla regarder par la fenêtre de sa chambre. Quelques nuages tentaient vainement de masquer la lune qui éclairait magnifiquement la roseraie. Tout paraissait calme.
Alzaina sourit. Quel rêve stupide !
Elle allait se recoucher quand elle se raidit.. Elle retourna à la fenêtre et regarda plus attentivement le jardin en contrebas, mais elle ne vit toujours rien d’anormal.
« On » lui disait que quelque chose d’étrange s’était passé à la roseraie. Alzaina, se décida à braver la fraîcheur de la nuit. Elle passa rapidement une robe, se munit d’une lanterne, descendit les escaliers et vola jusqu’à la roseraie.
Tout paraissait à sa place.
Le vent sifflait à ses oreilles, elle frissonna et comprit.
La rose noire était revenue.
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- ¡Abel!
La condesa se despertó repentinamente. Desde luego, estaba solo. Alarmada por una intuición subita, se levantó y se fue a mirar por la ventana de su habitación. Algunas nubes intentaban enmascarar en vano a la luna que iluminaba espléndidamente la rosaleda. Todo parecía tranquilo.
Alzaina sonrió. ¡Qué sueño más estúpido!
Se iba a volver a acostar cuando se tensó. Volvió a la ventan y miró más atentamente el jardín abajo, pero siguió sin ver nada extraño.
Le estaban diciendo que un evento curioso se había producido en la rosaleda. Alzaina se decidió a aguantar la frescura de la noche. Se puso rápidamente un vestido, cogió una linterna, bajó las escaleras y voló hacia la rosaleda.
Todo parecía estar en su sitio.
El aire silbaba en sus oídos, se estremeció y entendió.
La rosa negra había vuelto.
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